Depresión estacional:

La depresión estacional (o trastorno afectivo estacional) es un tipo de depresión que aparece en ciertas épocas del año, sobre todo en otoño e invierno, cuando los días son más cortos y hay menos luz natural.
En este período, algunas personas sienten que su energía baja, su ánimo decae y tareas simples se vuelven más pesadas. Estos síntomas suelen mejorar cuando llega la primavera o el verano y aumenta la luz solar. Aunque la mayoría de los casos siguen este patrón invernal, en ocasiones poco comunes sucede lo contrario: los síntomas aparecen en primavera o verano.

¿A quiénes afecta más?

  • Es más frecuente en mujeres que en hombres.
  • Suele comenzar en la adultez joven, especialmente entre los 20 y 35 años.
  • Es más común en personas que viven lejos del ecuador, donde los inviernos
    son largos y con menos horas de luz.
  • Quienes han tenido depresión u otros problemas del ánimo, o tienen
    familiares con estos antecedentes, tienen más probabilidades de
    desarrollarla.

¿Cuáles son los síntomas más comunes?

Los signos más frecuentes incluyen:

  • Tristeza o decaimiento la mayor parte del tiempo.
  • Falta de interés o motivación para actividades que antes se disfrutaban.
  • Cansancio constante o sensación de “falta de pilas”.
  • Dormir más de lo habitual.
  • Más apetito, especialmente por carbohidratos o dulces, y aumento de peso.
  • Irritabilidad o mayor sensibilidad emocional.
  • Dificultad para concentrarse.

En casos más graves, pueden aparecer pensamientos negativos sobre la vida o ideas de hacerse daño. En ese escenario, es fundamental buscar ayuda inmediata.

¿Cómo se diagnostica?

No existe un examen de laboratorio que confirme la depresión estacional. El
diagnóstico lo hace un profesional de salud mental, principalmente a través de una conversación detallada. Se tiene en cuenta si los síntomas aparecen y desaparecen en la misma época cada año, y si este patrón se ha repetido durante varios inviernos seguidos. También se descartan otras causas que puedan provocar síntomas similares, como problemas de tiroides o ciertas deficiencias nutricionales. La clave es observar el patrón estacional y cómo afecta la vida diaria de la persona.

Tratamientos y estrategias que ayudan

La depresión estacional tiene tratamiento y, cuanto antes se inicie, mejor es el
pronóstico. Las opciones más utilizadas incluyen:

  • Terapia de luz: Consiste en exponerse cada mañana a una lámpara especial
    que emite una luz brillante similar a la del sol. Suele usarse durante los meses
    de menos luz y puede mejorar notablemente el ánimo.
  • Psicoterapia: Conversar con un profesional de la salud mental ayuda a
    manejar los pensamientos negativos y a planificar actividades que mantengan
    la motivación durante el invierno.
  • Actividad física y exposición a la luz natural: Salir al aire libre, incluso en días
    nublados, y hacer ejercicio de forma regular pueden ayudar a mantener un
    buen estado de ánimo.
  • Suplementos de vitamina D: En algunos casos, el médico puede recomendarla
    si existe deficiencia, ya que los niveles de esta vitamina bajan en invierno y
    pueden influir en el ánimo.

En ocasiones, el tratamiento combina varias de estas estrategias para obtener
mejores resultados.

Un mensaje final
Sentirse con menos energía o ánimo en invierno no siempre significa tener depresión estacional, pero si los síntomas se repiten cada año y afectan la vida diaria, es importante buscar ayuda. El tratamiento puede marcar una gran diferencia y permitir disfrutar más de todas las estaciones del año.

Recuerda: pedir apoyo no es signo de debilidad, sino de cuidado personal.

Dr. Matias Ortiz Asenjo, Clinica Nuevo Amanecer

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